No dejaba de pensar en todo lo que ocurría a su alrededor. A veces se extrujaba los sesos, pero no lograba comprender bien lo que contemplaba. Todo se tornaba autenticamente surrealista, como inspirado en el artista de Figueres, pero contando con que la de ahora es una realidad que se aleja aún más de lo racional.
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2 comentarios:
Pues...eso. Saludos otoñales.
Me gusta el encuadre y tonalidades que has captado...muy bueno el texto!
Un abrazo.
Ramón
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